Lasaña keto de calabacín

Si hay un clásico que nunca falla y que a todo el mundo gusta, ese es la lasaña. Y si no es así, debería serlo.

Pero a estas alturas todos sabemos que tanto las láminas de pasta como la harina de la bechamel no son ingredientes «saludables», lo que a veces hace que se nos complique el disfrutar de una sabrosa lasaña. Por este motivo os dejamos en este artículo una receta exquisita, sabrosa, llena de nutrientes y sin contar con los indeseables carbohidratos de la pasta y la harina, una lasaña de calabacín.

La parte más «complicada» de esta receta es la de cortar finas láminas de calabacín con cuchillo (si es que no dispones de mandolina). Pero como todo en esta vida, es cuestión de práctica: el primer día te llevará más tiempo, pero para la segunda lasaña ya serás de lo más experta en la materia.

Este plato aguanta perfectamente varios días en nevera, tiene gran poder saciante y puede valer tanto para un día cualquiera, como para ocasiones especiales.

Prepara el cuchillo, que nos ponemos con ella.

Preparación

Empieza limpiando y cortando en finas láminas el calabacín. Esta labor puedes hacerla con una mandolina o con un cuchillo y un poco de paciencia. No pasa nada si las láminas no son perfectas.

En una sartén con un poco de aceite cocina la carne salpimentando al gusto. Cuando esté cocinada, incorpora un par de cucharadas de la salsa de tomate, mézclalo y deja que se cocine junto unos minutos, para que se integren los sabores. Reserva.

Para hacer la bechamel pon todos los ingredientes en una sartén y cocínalos, removiendo de vez en cuando, durante 8-10 minutos a fuego medio-suave.

En una fuente apta para horno alterna capas de calabacín y carne y termina cubriéndolo todo con la bechamel.

Dispón el parmesano rallado por encima al gusto y gratina. Ya puedes disfrutar de una lasaña sin remordimientos.

¿Qué te ha parecido esta receta? ¿Te animas a probarla?

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