Hace poco decía en Instagram que una de mis citas favoritas de Churchill es:
¨Tenía todas las virtudes que detesto y ninguno de los defectos que admiro.¨
Glorioso.
Nuestras amistades o la gente a la que admiramos no tienen que ser perfectas, eso todos los sabemos en el plano teórico, pero constato que a mucha gente le cuesta llevar esto a la práctica.
Me siento orgulloso de decir que a mí no.
Hace poco le decía a un conocido que uno de mis mejores amigos se comporta con frecuencia como un idiota. Es un idiota, sí, pero es mi idiota. Es mi amigo idiota.
Eso es lo bonito de la vida, que es orgánica, que para vivirla y sentirla plenamente tenemos que abrazarla como es, con sus asperezas y imperfecciones.
Tengo la impresión de que cada vez somos más los que nos estamos dando cuenta de esto, de que sin esas asperezas e imperfecciones, si quitamos toda fricción de nuestro día a día, acabamos sintiendo que algo falta.
Creo que es evidente que la tecnología está acelerando este proceso de reducción de la fricción, y que es uno de los vectores, entre otros, que está haciendo aumentar la sensación de vacío en mucha gente.
¿Qué hacer? No vamos a parar la aceleración tecnológica en nuestras vidas, aunque quisiéramos, la inercia de este proceso es imparable. Personalmente tampoco elegiría hacerlo aunque pudiera, creo que ha traído y va a traer grandes cosas para la humanidad.
Lo que también creo es que la única estrategia disponible es compensar este proceso con más actividades analógicas y conexión humana en nuestra vida.
Cuanto más Spotify, más discos de vinilo.
Cuanto más Netflix, más barbacoas con amigos.
Cuanto más Instagram, más paseos en la naturaleza.
Cuanto más ChatGPT, más diarios en papel y con pluma.
Cuanta más IA, más lectura de los clásicos, o más jardinería.
De esto hablé con Pedro Vivar en el episodio de Jesús Sierra Podcast de hace un par de semanas, mientras nos tomamos una copa de vino (de hecho, creo que fueron dos).
Cuanto más futuro, más pasado.
Esta semana he publicado un episodio con Francisco Soberón, emprendedor extraordinaire que restaura Land Rovers antiguos.
No había vino, pero no nos paramos de reír con las historias increíbles de este amigo mío con un montón de defectos que admiro, puedes ver el episodio aquí.
https://youtu.be/OVWVnA0PkUM?si=YPv6xxrxeiGATD1X
Hacía tiempo que no me divertía tanto grabando un podcast.