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Cómo cuidar y mejorar la salud de nuestra piel

En el pasado los médicos describían la piel como “esa cubierta protectora de otras vísceras más nobles y de funciones más sofisticadas”. La piel era considerada básicamente una barrera defensiva contra las agresiones mecánicas y la pérdida de líquidos.

Durante las últimas décadas la investigación científica ha demostrado que la piel es un órgano complejo, que está relacionado con otras estructuras y que responde a multitud de estímulos, como un escaparate de la salud global del individuo. La piel expresa lo que sucede en el interior.

  • A través de la piel nos protegemos, pero también recibimos los estímulos del entorno y nos relacionamos.
  • Mantenemos la homeostasis, a la vez que mostramos al mundo nuestros desequilibrios internos, nuestra belleza y nuestras emociones.
  • Absorbemos nutrientes y al mismo tiempo nos liberamos de las toxinas que nos perjudican.
  • Y la piel ha contribuido incluso al desarrollo evolutivo como especie: las personas con una tonalidad anaranjada de la piel debida a la ingesta de carotenoides antioxidantes han mostrado resultar más atractivas, un truco de la naturaleza para asegurar la elección de la pareja más sana y, por tanto, con mayores probabilidades de éxito en la reproducción. ¡Ventaja evolutiva!

¿Qué hay ahí debajo que permite todo esto?

  1. Células especializadas.
  • Queratinocitos que contribuyen a la protección del organismo gracias a la formación de la capa córnea.
  • Melanocitos productores de la melanina, un pigmento marrón que nos protege frente a las radiaciones UV.
  • Adipocitos y células dendríticas implicados en las primeras fases de la curación de las heridas.
  • Células especializadas del sistema inmune que captan y procesan señales antigénicas y comunican esa información a las células linfoides.
  1. Organizadas en capas específicas: epidermis, dermis e hipodermis, con funciones particulares.
  1. Glándulas sudoríparas y folículos pilosebáceos que ayudan a protegernos frente a las variaciones lesivas de la temperatura corporal y que contienen células madre capaces de regenerar áreas de la piel dañadas por agentes hostiles internos o externos.
  1. Vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas que regulan todos estos procesos.

La correcta relación entre estos elementos es fundamental. El mantenimiento de la homeostasis entre los distintos componentes de la piel es primordial y su desequilibrio puede dar lugar a procesos tan diversos como las arrugas, la caída de cabello, el acné o el cáncer, que las radiaciones UV causen envejecimiento cutáneo, tumores  o disminución de la respuesta inmune, que los fármacos provoquen erupciones o exantema cutáneo, o que enfermedades sistémicas como la diabetes, la amiloidosis o el lupus, se asocien con manifestaciones cutáneas.

Todo esto se hace más fácil de comprender al conocer el origen de las distintas estructuras del organismo y descubrir que distintos tejidos y órganos comparten un origen común y mantienen de ese modo un nexo estructural que puede explicar la asociación de determinadas enfermedades:

  • La frecuente asociación entre alteraciones digestivas y respiratorias derivados del endodermo.
  • Alteraciones digestivas y dérmicas derivadas del mesodermo,
  • Nerviosas y de la piel y los anejos cutáneos derivados ectodérmicos.

También existe otro punto de conexión fundamental: el sistema nervioso, el gran conector del organismo, que vincula las distintas partes entre sí y también la componente física con la mental y la emocional de cada persona.

  • A través del control vegetativo y el equilibrio entre el tono simpático y parasimpático del sistema nervioso.
  • Mediante la conexión con el SNC a través de la recepción de las sensaciones de la piel en una vía ascendente (en la que por cierto se van integrando también los tonos emocionales de la situación en su paso por el tálamo) y la emisión de señales eferentes que darán la orden a la piel de cambiar de color, de turgencia o de temperatura.
  • Los dermatomas, las áreas de piel inervadas por el nervio raquídeo correspondiente y su ganglio espinal, o las áreas de hiperalgesia de Head o Mackenzie (1914), áreas que relacionan una víscera con su región cutánea refleja correspondiente.

¿Una locura? ¿Ciencia ficción? No. Solo el recuerdo de que…

¡Todo está conectado!

Existe una conexión muy importante entre la piel y el intestino o eje entero-cutáneo: como órganos de interfase, el intestino y la piel tienen mucho en común. Por eso no sorprende que diversas patologías intestinales se asocien con síntomas cutáneos. Sin embargo, el mecanismo es todavía incierto y ni la gastroenterología ni la dermatología han investigado de forma sistemática este eje entero-cutáneo.

Los mecanismos propuestos involucran el papel de nutrientes específicos, la microbiota y el estado emocional. Por eso podemos hablar de un eje entero-cerebro-cutáneo: el estrés oxidativo, el control de la glucemia, el contenido lipídico tisular y el humor. Los estados emocionales pueden alterar la microbiota y la permeabilidad intestinal y aumentar así la inflamación sistémica y la llegada de toxinas a la piel.

La comprensión de estas vías nos lleva a nuevas estrategias terapéuticas basadas en cuidar de un órgano para ayudar a recuperar la salud del otro. Una buena muestra de la potente relación existente entre el intestino y la piel es la revisión del Dr. Kaimal y su clasificación de las enfermedades cutáneas relacionadas con la dieta: enfermedades directa o probablemente relacionadas con la dieta, enfermedades relacionadas con factores específicos de la dieta, enfermedades que requieren una dieta específica y enfermedades debidas a un defecto o un exceso de un nutriente en particular.

La piel expresa lo que sucede en el interior.

La mejor muestra de esta asociación entre la piel y el intestino o la alimentación es la evidencia en el ejercicio de la profesión: cómo vemos que mejoran enfermedades cutáneas cuando hacemos cambios en la dieta y en el equilibrio intestinal.

  • En la dermatitis herpetiforme.
  • En la dermatitis atópica.
  • En el acné: regulación hormonal con polifenoles (ac oliva y sauzgatillo, útil en acné asociado a síndrome de ovario poliquístico), isoflavonas (soja, wild yam); y probióticos por vía oral o tópica: disminuyen estrés oxidativo, inflamación, regulan flora bacteriana. Es significativo el efecto de la dieta de bajo índice glucémico: personas con niveles altos de IGF-1 y mTOR, más altos en acné, relacionado con dieta de alto IG.
  • En dermatitis seborreica.
  • En psoriasis: zinc regula apoptosis, disminuyendo el ritmo de descamación celular.
  • En la histaminosis: histamina es una amina biógena; en relación con el desarrollo de síntomas cutáneos: eritema, picor, dermografismo. Y síntomas generales: dolor muscular, artralgia, cefalea, asma, sinusitis, diarrea, bruxismo. Relación estrecha con dieta. Lo más importante en estos casos es recuperar la integridad intestinal y el equilibrio de la microbiota.

Con estos ejemplos vemos lo que podemos incluir en nuestra dieta para ayudar a curar o a nutrir la piel, pero hay que recordar que también nos nutrimos (o no) desde la piel por la absorción cutánea de diversas sustancias:

  • Que actúan sobre la piel.
  • Que se absorben a través de la piel: vía transdérmica y transanexial:
    • Cosméticos y fármacos.
    • Ropa y tejidos del hogar.
    • Activación de vitamina D: los niveles séricos de vitamina D dependen más del color de la piel y la ingesta diaria que de la latitud, por eso es tan importante la dieta y la suplementación nutricional.

Queda claro que la alimentación influye en la estructura de la piel.

¿Cómo alimentar la piel sana?

  • Macronutrientes: la alimentación influye en la estructura de la piel. Relación con macronutrientes pero no con cantidad de energía consumida: en hombres, se ha observado una asociación directa con la ingesta de proteína; en mujeres, con la de carbohidratos.
  • Micronutrientes:
    • Vitaminas: A, B, C y E, principalmente.
    • Minerales: sodio, potasio, calcio, magnesio, zinc (especialmente importante en la psoriasis), plomo, fósforo, hierro y cobre.
    • Carotenoides.
    • Flavonoides.
    • Antioxidantes.
  • Ácidos grasos esenciales: omega 3, 6, 7.
  • Otras grasas: ceramidas y glucolípidos. Función humectante.
  • Pre- y pro- bióticos para mantener el correcto equilibrio de la microbiota.
  • Bebidas: té verde, té kombucha.

Pero no podemos hacer trampa: esperar que un alimento o un nutriente estrella nos asegure una piel sana y bella. Se trata del conjunto de la dieta.

  • Mantener controlado el índice glucémico de la dieta.
  • La inflamación.
  • El equilibrio ácido alcalino.
  • Valor del ayuno: las personas con melanoma que siguen algún tipo de ayuno muestran una mejor respuesta al tratamiento.
  • Restricción calórica: es la intervención que ha mostrado ser más eficaz para alargar la esperanza de vida. En cuanto a la piel, la restricción calórica promueve el remodelado de la piel y el cabello en animales de laboratorio: se trata de un mecanismo adaptativo para mantener la homeostasis térmica en situaciones de reducción del aporte de energía.

Y más allá incluso: el estado de la piel responde al conjunto de la vida.

  • Relación de la salud de la piel con la gestión del estrés.
  • Actividad física mejora la salud cutánea y el equilibrio de la microbiota.
  • Sauna.
  • Sueño: en jóvenes se ha observado que a menor eficacia del sueño hay mayor pérdida de agua transepidérmica (independientemente de dieta, sexo e índice de masa corporal). La modificación de los hábitos de vida en los jóvenes son importantes para la salud de su piel.

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Ver referencias y estudios
1 Carotenoids and flavonoids contribute to nutritional protection against skin damage from sunlight. Stahl W. y Sies H. Institut für Biochemie und Molekularbiologie I, Heinrich-Heine-Universität Düsseldorf, Alemania.
2 The gut-skin axis in health and disease: A paradigm with therapeutic implications. O’Neill C.A. et al. Dermatology Research Centre, Institute of Inflammation and Repair, University of Manchester and Manchester Academic Health Sciences Centre, Manchester, Reino Unido.
3 Acne vulgaris, probiotics and the gut-brain-skin axis: from anecdote to translational medicine. Bowe W. et al. Department of Dermatology, State University of New York Downstate Medical Center, Brooklyn, NY, EEUU.
4 Is there a ‘gut-brain-skin axis’? Arck P. et al. Center of Internal Medicine and Dermatology, Charité University Medicine Berlin, Berlin, Alemania.
5 Diet in dermatology: revisited. Kaimal S. y Thappa D.M. Department of Dermatology and STD, Jawaharlal Institute of Postgraduate Medical Education and Research, India.
6 The effect of a low glycemic load diet on acne vulgaris and the fatty acid composition of skin surface triglycerides. Smith R.N. et al. School of Applied Sciences, RMIT University, Victoria, Australia.
7 Association between skin condition and sleep efficiency in Japanese young adults. Yoshizaki T. et al. Faculty of Food and Nutritional Sciences, Toyo University, Japón.
8 Fasting boosts sensitivity of human skin melanoma to cisplatin-induced cell death. Antunes F. et al. Department of Pharmacology, Federal University of São Paulo, Brasil.
9 “Medicina Integrativa”, David Rakel. Ed. Elsevier Masson.
10 “La alimentación, la tercera medicina”, Jean Seignalet. Ed. RBA Integral.
11 “Patología estructural y funcional”, Robbins. Ed. Mc Graw Hill.
12 “Tratado de fisiología médica”, Guyton. Ed. Elsevier Saunders.
13 “Historia de la medicina”, Laín Entralgo. Ed. Manuales Salvat.
14 “The extracellular matrix and ground regulation”, Alfred Pischinger. Ed. North Atlantic Books.
15 “Neuroanatomía y neurofisiología clínicas de Manter y Gatz”, Gilman y Winans. Ed. Manual Moderno.
16 “Antienvejecimiento con nutrición ortomolecular”, Felipe Hernández. Ed. Integral.
17 “El equilibrio a través de la alimentación”, Olga Cuevas.
18 “El poder curativo de los alimentos”, Annemarie Colbin. Ed. Robin Book.
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12 comentarios en “Cómo cuidar y mejorar la salud de nuestra piel”

  1. Eva Delgado Letran

    Hola, que interesante toda la información sobre kéfir y sobre todo, cómo influye la alimentación en nuestra piel. Después de leer sobre lo que dices de la histaminosis, me siento muy reflejada con sus síntomas. Creo que tengo que debería buscar ayuda de un profesional. Algo tengo que hacer porque el picor es tremendo. Puedes por favor, indicarme algo más?
    Saludos y gracias anticipadas

  2. María Belén MARTÍ

    Hola ! Soy Belen, de Mendoza – Argentina. Cada vez que desarrollas un tema lo haces con tanta claridad, que me sorprende. Eres impecable en tus descripciones, tus videos y post son verdaderos aprendizajes para mi. Que importante todo lo que describes sobre la piel, a mi me ayudo mucho el cambio de alimentación, controlar el consumo de lacteos y descartar productos que contengan tanto harinas como azucar. Transcurri 20 años con poliquistosis ovárica, la cual se manifestaba en mi piel con acne y seborrea. Lo increible fue que durante todo ese tiempo ningun medico relaciono mi alimentación con mi enfermedad. Comence a incurrir en medicina China y fue asi que descubri la relacion de mis habitos alimenticios y mi salud. Te dejo un abrazo enorme! Muchas gracias!

  3. Hola. Tengo 46 años y trayectoria con acné desde adolescencia. Desde hace tiempo tengo un nuevo tipo de granos, aparte de los comedogénicos. Un dermatólogo me dijo sin más que era acné, dos médicos de familia que rosácea. Qué debería hacer?

    1. Equipo Editorial

      Hola, Karina. Creo que lo mejor es tener una nueva opinión con un experto/a en dermatología y/o medicina integrativa, para poder tomar decisiones ajustadas respecto a alimentación y hábitos de vida. Saludos cordiales.

      1. Muchas gracias por tomarte la molestia de responder aun siendo predecible la respuesta que me darías. Un saludo.

  4. Paola Lucero

    Gracias, eres un ser humano increíble. Me gustaría hacerte una pregunta. Yo tengo psoriasis, la mantengo controlada naturalmente, alimentación ecológica, meditación, ayuno intermitente, ejercicio, dieta baja en carbohidratos sin gluten, sin huevos, sin lácteos etc., porque empeoran mi psoriasis, pero lo que me preocupa realmente es que no puedo comer ningún tipo de probióticos (chucrut, yogur, quesos, miso, etc.) tampoco suplementos. He intentado comerlos de muchas maneras, pero mi psoriasis empieza a extenderse, me tranquiliza pensar que tomando bastante fibra ya es una ayuda, pero no sé si eso será suficiente para mantener la salud de mis intestinos. Qué me aconsejas? Necesito hacer algo más? Muchísimas gracias.

    1. Equipo Editorial

      Hola, Paola. Muchas gracias por tus bonitas palabras 🙂 Enhorabuena por todos esos cambios y la dieta que sigues: es fantástica para alguien con psoriasis.
      La fibra aporta alimento a tus bacterias intestinales, ¡bien hecho! Además creo que para valorar esa «intolerancia» a los probióticos podrías hacer un estudio de permeabilidad intestinal y de microbiota o disbiosis intestinal. Es posible que un desequilibrio a estos niveles esté detrás del empeoramiento que percibes cuando intentas incorporar probióticos. Sería interesante conocer el estado de la barrera intestinal y de la población bacteriana intestinal y corregirlos en caso necesario.
      Espero haber resuelto tus dudas. ¡Un saludo cordial!

  5. Presentación muy clara y precisa, gracias por hacer simples y fáciles de entender temas complejos.
    Me interesaría saber sobre el liquel escleroateofico de vulva si existe relación con la alimentación y si forma parte de otros desequilibrios que se puedan atender desde ajustes en la nutrición.

  6. Emilio Linares

    Precioso post y muy interesante como todo lo que hacéis. Me gustaría hacer una consulta. Mi hermano, de 45 años, tiene en la piel muchos anginas seniles y le preocupa porque últimamente Le han salido muchísimos. Sabes porque salen? Puede ser indicio de algún desequilibrio? Apenas encuentro información sobre esto. Mil gracias.

    1. Equipo Editorial

      Gracias, Emilio! Me alegro mucho de que te haya gustado el post y, en general, nuestro trabajo. Hay poca información sobre ese tipo de lesiones, los angiomas o «puntos rubí», porque no se les da gran importancia en medicina. Casualmente hice un pequeño de trabajo de investigación sobre el tema en mis años de patóloga en el hospital y no había ninguna causa aparente. Con una visión más ampliada de la medicina se les puede encontrar explicación según la localización, la exposición al sol, la nutrición y el componente emocional, por ejemplo. Espero que eso sirva de pista para comprenderlos mejor. Un saludo!

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