Seguramente te hayas preguntado alguna vez qué es la meditación y por qué, de repente, todo el mundo habla de ella. Esta técnica milenaria se ha convertido en la llave para vencer el estrés, la ansiedad y las preocupaciones crónicas que acechan a las sociedades modernas.
Aunque restringida a las culturas orientales durante siglos, la globalización la ha acercado al resto del mundo. Y han sido las grandes empresas tecnológicas como Google o Apple las que más han contribuido a la popularización de la meditación tras promulgar su práctica entre sus empleados, allá por los años 2000, buscando mejorar su rendimiento.
Sin embargo, aún existe mucho desconocimiento al respecto y para la mayoría meditar es algo místico destinado a buscar nuestro lugar en el universo o alcanzar el nirvana.
Pero nada más lejos de la realidad. La meditación es algo tangible y real sobre la que se ha estudiado mucho en los últimos años y sobre la que existen miles de publicaciones científicas.
Vamos a intentar aclarar qué es la meditación y qué significa meditar.
Contenido
Qué es la meditación
El término meditación deriva del latín «meditatio», que significa cualquier tipo de ejercicio mental.
La meditación es, básicamente y generalizando mucho, una serie de ejercicios mentales que buscan la sincronización de nuestra mente con nuestro cuerpo en un mismo momento.
Y decimos generalizando porque existe un amplio espectro de técnicas con distintos objetivos.
Es difícil explicar el concepto meditación. Sería como intentar explicar en una línea qué es el ejercicio. El ejercicio puede ser aeróbico, entrenamiento de fuerza, HIIT, levantamiento de peso, flexibilidad… en todos ellos se trabajan los músculos, pero de distintas maneras dependiendo del objetivo.
Con la meditación sucede lo mismo, y ejercitamos nuestro cerebro, pero de muy distintas maneras.
¿Suena hippi? Vamos a verlo con un poco de ciencia.
La ciencia detrás de la meditación
En 2010, en la prestigiosa revista Science, se publicó un interesantísimo artículo titulado «Una mente errante es una mente infeliz» (originalmente «A wandering mind is an unhappy mind»).
Para aquellos que no están muy al tanto de publicaciones científicas, es importante destacar que la revista Science, junto a Nature y Cell, son las más prestigiosas a nivel mundial y por ello muy competidas. Conseguir que se publique un manuscrito en cualquiera de ellas es todo un logro científico.
Esta publicación es del 2010, pero se considera todo un clásico y un hito en la investigación sobre la meditación.
En resumen, en dicho estudio se llegó a la conclusión de que cuanto más se evade nuestra mente, es decir, cuanto más nos alejamos del lugar y momento presente y de lo que estamos haciendo justo en ese instante, más sentimiento de infelicidad se nos genera. Incluso aunque estemos pensando en algo que nos genere placer como un evento feliz que nos ocurrió en el pasado o si estamos imaginando ese viaje maravilloso que tenemos planeado para las vacaciones.
A diferencia de los animales, el ser humano pasa mucho tiempo pensando en cosas que no están sucediendo en ese momento, sino que sucedieron en el pasado, sucederán en el futuro o incluso puede que nunca sucedan.
Esta capacidad única del ser humano, de tener recuerdos del pasado, consciencia del presente y anticipación del futuro, tiene un precio emocional, pues se produce un desajuste entre lo que la persona está haciendo y lo que su mente está viviendo.
Cuando nuestra menta vaga, entra en escena lo que se conoce como red neuronal por defecto o default mode network en inglés. Esta red consiste en una colección de áreas del cerebro que se activan cuando no estamos centrados en algo en concreto. Sería la responsable de que nuestra mente vuele cuando nos distraemos y viajamos en el tiempo pensando en cosas pasadas o futuras.
Una forma de entender este desajuste sería hacer la analogía con los mareos que a veces sufrimos en coche o barco. Mientras nuestro cerebro detecta que estamos en movimiento a través de las señales que le llegan desde nuestros sentidos, no pasa nada. Vamos en el coche y miramos por la ventana, por ejemplo. Nuestros sentidos de la vista, el oído interno y hasta nuestros músculos detectan el movimiento y se lo comunican al cerebro. Todo está sincronizado.
Pero si nos ponemos a leer, o fijamos la vista en el interior del vehículo, parte de las señales que le llegan al cerebro son contradictorias con ese movimiento y es cuando surge el malestar relacionado con la cinetosis o mareo por movimiento.
La meditación consiste en aunar ambos aspectos, nuestra mente y nuestro cuerpo, en un solo lugar y tiempo, el presente.
Y sería básica para lograr la felicidad.
Áreas del cerebro involucradas
Aunque la meditación estuvo durante muchos años vinculada al movimiento hippy y las drogas psicodélicas, es a partir de finales de los 80 y especialmente la década de los 90 con la llegada de tecnologías como la resonancia magnética, con la que fue posible el estudio mecánico de la meditación, cuando se despierta el interés de la ciencia.
Existen 3 estructuras cerebrales principales que se ha visto, a través de resonancias magnéticas realizadas durante la meditación, son activadas durante estos ejercicios mentales: la corteza prefrontal izquierda, la corteza cingulada anterior y la ínsula.
La zona cerebral justo detrás de la frente se llama corteza prefrontal. Concretamente son 2, una en el lado derecho y otra en el lado izquierdo.
La corteza prefrontal dorsolateral izquierda se encarga de interpretar las distintas emociones y sensaciones que llegan a través de otras estructuras y tomar decisiones en consecuencia.
Una de esas estructuras es la corteza cingulada anterior o ACC, que recoge las señales internas de nuestro organismo como la velocidad a la que estamos respirando, cómo de rápido late el corazón, si tenemos frío o si nuestro estómago está lleno.
Y luego tenemos la ínsula, un quinto lóbulo de forma triangular situado en un área profunda del cerebro, allá donde convergen los lóbulos parietal, temporal y frontal y que se encarga de recoger información sobre aquello que ocurre fuera de nosotros, en nuestro entorno.
Estos 3 elementos trabajan juntos para dar sentido a toda la información que nuestro cerebro recibe tanto desde el interior como desde el exterior. Mantienen lo que podríamos llamar una conversación neural constante mientras estamos despiertos, intentando decidir si lo que sucede en nuestro entorno se corresponde con nuestras sensaciones internas.
¿Qué sucede cuando meditamos?
Como hemos visto, existen multitud de formas distintas de meditar, según el objetivo o la experiencia que tengamos. Pero para entender el proceso neural de la meditación, vamos a referirnos a la técnica clásica de sentarnos o tumbarnos, cerrar los ojos y concentrarnos.
Solo con cerrar los ojos, nuestro cerebro experimenta un tremendo giro de estar en modo exterocepción, es decir, percibiendo mucha información de nuestro entorno, a modo interocepción, donde se acentúa el registro de sensaciones internas.
Este efecto dramático del simple hecho de cerrar los ojos deriva de que aproximadamente el 40% de nuestro cerebro está dedicado al sentido de la visión. De repente, cerrando los ojos, todo ese poder está a disposición de otros sentidos.
Cuando nos concentramos en una sensación, que puede ser tanto externa a nosotros, como el sonido de las hojas o el tictac de un reloj, o bien interna, como nuestros propios latidos o respiración, se activa la corteza prefrontal izquierda. Es la que nos permite concentrarnos en una sensación u otra, e incluso intercambiar nuestro foco de atención.
De esa manera, concentrándonos en una sensación interna se activa la corteza cingulada anterior, y si nos concentramos en una sensación externa, la ínsula. Y en ambos casos, ambas estructuras conducen su información a la corteza prefrontal izquierda.
Cuando intentamos concentrarnos en una de esas sensaciones del momento presente, ya sea interna como nuestra respiración o nuestro dedo pulgar, o externa como el viento o las vibraciones del frigorífico, y activamos esas zonas cerebrales que acabamos de ver, nuestra mente no vaga, sino que está en el lugar y momento presente.
Es precisamente esa sintonización entre lo que estamos haciendo y lo que estamos pensando la que nos ofrece todos los beneficios de la meditación.
Porque como hemos visto antes, es ese desajuste entre lo que estamos haciendo y dónde tenemos nuestra mente (en el pasado o el futuro) la que nos genera malestar.
Estar presentes en lo que estamos haciendo, tanto el cuerpo como la mente, es el secreto de la felicidad.
Cuando meditamos, y de manera totalmente autónoma, nuestra mente va a intentar evadirse, recordar cosas del pasado, experiencias que ya vivimos, o viajar al futuro con planes que tenemos o decisiones que hemos tomado porque entra en escena la red neuronal por defecto. Constantemente necesitamos volver a concentrarnos en nuestro objetivo inicial, sea interno o externo.
Es precisamente ese re-focus, esa lucha contra nuestra red neuronal por defecto, contra nuestra tendencia a evadirnos de lo que estamos haciendo, nos guste o no, la que nos otorga esa sensación de bienestar inherente a la meditación.
Por ser un ejercicio activo, de lucha contra nuestra tendencia natural, la meditación nos activa y no es conveniente realizarla por la noche. Existen técnicas de meditación especiales para mejorar la calidad del sueño.
Meditación y neuroplasticidad
Además, podemos añadir a los muchos beneficios de la meditación la mejora de la neuroplasticidad si nos concentramos en ese plano que nos resulte más desafiante.
Para explicar este punto, es necesario mencionar que existen personas a las que les es muy fácil conectar con su interior, detectar sensaciones internas como el latido del corazón o el diafragma mientras respira.
Al mismo tiempo, existen otras personas que son capaces de concentrarse en una sensación externa sin gran esfuerzo como un punto lejano en el horizonte o el sonido de una carretera.
Si buscamos mejorar nuestra neuroplasticidad, practicaremos la meditación concentrándonos en aquel plano que nos suponga un mayor desafío, es decir, en algo exterior si somos una persona muy sensible a nuestras sensaciones interiores, o en algo interior si somos del tipo contrario.
O incluso esa facilidad de centrarnos en el interior o exterior puede cambiar a lo largo del día, o en determinadas épocas del año o situaciones concretas.
Si ya tienes claro qué es la meditación, te invitamos a que te inicies es esta práctica con múltiples beneficios a varios niveles. Si padeces algún tipo de enfermedad mental, consulta con tu profesional de la salud.
Hay una cita sobre la meditación que no sabemos a quién pertenece pero que nos parece muy adecuada para entender el concepto: «Meditar no es calmar tu mente. Es una forma de llegar a esa calma que ya existe en tu mente… enterrada bajo los 50.000 pensamientos que tenemos cada día.»
¿Qué te ha parecido este artículo? ¿Te animas a practicar la meditación?
Déjanos un comentario. Gracias.
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.Muy clara y simple la explicación. Son inspiradores de muchas de las buenas practicas
que incorpore en los últimos años.
Muchas gracias !
Buenas tardes, quisiera saber cómo hago para meditar, yo pongo música relajante del mar y olas y practico respiración para relajarme, pero para meditar no tengo técnicas
Estoy tratando de meditar no se cuál es la mejor manera ,si escuchar mi cuerpo y mi respiración o escuchar una meditación guiada que te lleve a otro lugar !!! Me gustaría que me puedas responder ,gracias
Me gustó mucho la explicación del meditar,ya que es sencillo y práctico.Lo he intentado ,pero es difícil meditar y estar tranquilo.
Ojala pudieran extenderse un poco más ,con más detalles a cerca de meditar.
Muchas gracias
Gracias por tan valiosa información.
Medito hace 2 años todos los días y me ha cambiado la vida, momentos de ansiedad y estrés disminuyeron significativamente y tengo pensamientos más libres.
Hola.
Muy interesante
Por suerte yo aprendí a meditar en consciencia, es decir en mis salidas de compras diarias mi conexión con el medio es total: observo lo que me rodea, escucho a los pájaros, el tren, percibo el viento, el sol, un ladrido… aprecio la magnificencia de los árboles como catedrales, en síntesis es un simple paseo de gozo extremo.
Ya en mi hogar el gozo permanece de igual manera , y disfruto de los simples sucesos familiares, con mi hijo adulto y sus actitudes y ocurrencias, con mi amado compañero tan conversador y risueño, con mi perra doberman de 8 años sus actitudes, acciones y reacciones del día a día.
Por eso puedo agradecer a mi Ser Interior el tener la Paz suficiente para fluir en el momento presente lleno de gozo, armonía y felicidad.
Este es mi aprendizaje desde los 40 años a los 58, viviendo mis 59 años con tanto aprecio de la vida que me ha tocado que es maravillosa!
Muchas gracias por compartir tanta sapienza!
Aunque os sigo desde hace tiempo, ahora incorporada a la Comunidad. Bien, agradecida por vuestras guías ….todas tan valiosas para ser y estar cada día un poquito mejor. 🙌 Gracias
Siempre el tema de la meditación lo he dejado de lado, la explicación me ha hecho interesarme en el mismo y quiero conocer formas o técnicas para meditar. Siento que estoy invirtiendo mucho tiempo “ recreándome “ en pensamientos del pasado o ilusionándome con el futuro.
Muchas gracias, soy meditador a epocas. me habéis motivado a empezar otra vez con ello.
Felicidades por la calidad de vuestro blog; sois unos cracks
Muchas gracias por tu comentario, Pau. Y te animamos a continuar meditando!
Hola Buenos días muy interesante el tema , yo practico yoga ((,hay días y días))que sí puedo adentrarme en meditación,5 yo lo llamo mirarme por dentro, observar mi cuerpo parte por parte , la suelo hacer guiada , hay días que con solo escuchar un poquito , me adentro en mí y es como un viaje que se para tiempo y sensaciones del entorno. Estoy yo sola y estoy en la gloria, y otros días que mi murmuro rumiante , no para de meter bocado y masticar , voy de un tema a otro ,mi coco no para de poner pensamientos de pasado futuro , personas etc cualquier cosa vale para no parar y eso me agota y salgo huyendo. Es difícil poder hacerlo bien siempre la hora de práctica es de mañana antes o después de yoga sobre las 8.
Otras veces en mis páseos por el bosque o entorno rural que me encanta hacer ,el olor, el sonido de los árboles ,el viento el crujido de las hojas , eso sin saber que podía estar meditando me deja muy muy bien mi cabeza está en ese mismo momento presente y nada me puede sacar de ahí . Eso sería meditar????? Gracias por compartir vuestras sapiencias
Hola Rosa. Nos ha encantado tu comentario. Has explicado muy bien las sensaciones que te produce dedicar unos minutos a «verte por dentro». Y los paseos por la naturaleza que comentas efectivamente son otra forma de meditar, pues consigues que tu mente esté en sintonía con tu entorno. Un abrazo muy fuerte.
Hola Rosa. La dosis diaria de vitamina C, efectivamente, es necesario repartirla a lo largo de las distintas ingestas, porque su vida media es de 12 horas.
Todos nuestros desayunos «saludables y fáciles» cuentan con una fuente de vitamina C.
Si crees que tus comidas no incluyen la cantidad de vitamina C recomendada, te recomendamos que acudas a un profesional de la salud que te aconseje sobre la idoneidad de suplementarte. Un abrazo y cuídate mucho.
Me ha encantado.
Muy interesante la explicación científica. También agradezco el consejo de no hacer meditación por la noche para no activar el cerebro. Muchas gracias por vuestro trabajo, todo me interesa y lo aplico en la medida de lo posible a mi modo de vida. Además, lo hacéis siempre de una forma muy profesional, comedida o contundente, según requiera lo que queréis transmitir. Muchas gracias a los dos!
Gracias por tu mensaje Mª José. Seguiremos trabajando para continuar por el camino. Un abrazo.
Buenas tardes
Desde Ecuador
Por favor quisiera sugerencias para practicar la meditación por problemas de sueño
Gracias por su información
nelly1vallejo1@gmail.com