En ocasiones nuestro organismo no nos da muestras de que algo va mal, hasta que va muy mal.
Este es el caso del hígado graso. En unas primeras fases si muestras síntomas o los que muestra son leves y pueden pasar desapercibidos. Pero si no se es consciente de la afección y no se le pone remedio, puede complicarse mucho y acabar con un problema muy serio.
Veamos en este artículo qué es el hígado graso y cómo podemos ayudar a prevenirlo y a remitirlo, si lo pillamos a tiempo.
Contenido
Qué es el hígado graso
El hígado es nuestro órgano interno más grande, forma parte de nuestro aparato digestivo y se encuentra situado en la parte superior derecha de nuestro abdomen. Su función es la de limpiar la sangre y ayudar en las digestiones mediante la secreción de bilis.
El hígado graso es la acumulación (anómala) de triglicéridos (grasas) en el interior de las células del hígado.
Tipos de hígado graso
Hay dos tipos de enfermedad de hígado graso:
- Alcohólico. Ocasionado por un consumo, elevado y durante un periodo de tiempo prolongado, de alcohol.
- No alcohólico. Desarrollado en personas que no consumen (o consumen poco) alcohol. En este caso se denomina enfermedad del hígado graso no alcohólica (EHGNA). Cuando el exceso de grasa en el hígado se acompaña de inflamación y daño hepático, estas personas tendrán esteatohepatitis no alcohólica (EHNA).
Causas del hígado graso
Aunque aún no se sabe con certeza porqué algunas personas desarrollan hígado graso y otras no, si que se conoce la relación directa que existe entre diferentes factores y el desarrollo de hígado graso:
- Sobrepeso
- Resistencia a la insulina
- Prediabetes
- Diabetes tipo II
- Altos niveles de triglicéridos en sangre
- Edad
- Historial familiar de hígado graso (genética)
- Embarazo
Síntomas del hígado graso
Mientras que un hígado graso no alcohólico no suele causar síntomas más allá de fatiga o dolor en la parte superior derecha del abdomen (donde se encuentra el hígado), encontramos síntomas más marcados en quienes sufren hígado graso EHNA, como:
- Ascitis
- Pérdida del apetito
- Pérdida de peso
- Picor de piel
- Dilatación de vasos sanguíneos
- Bazo hinchado
- Palmas rojas
- Ictericia
Etapas del hígado graso
En ocasiones el hígado graso puede evolucionar a través de cuatro etapas:
- Hígado graso. La acumulación en exceso de grasa en el hígado. En esta fase, el hígado graso es inofensivo.
- Esteatohepatitis. Cuando además del exceso de grasa también encontramos una inflamación en el hígado.
- Fibrosis. La inflamación del hígado persiste y ha causado cicatrización, aunque el hígado puede aún funcionar normalmente.
- Cirrosis. La cicatrización del hígado se ha generalizado y esto afecta a su capacidad para funcionar correctamente. Esta etapa es irreversible.
Tratamiento del hígado graso
A día de hoy no hay fármacos que ayuden a combatir el hígado graso. Sin embargo puede tratarse de una forma global con nuestro estilo de vida.
De este modo, debe llevarse una vida activa además mantener un correcta alimentación.
Un punto en el que coinciden todos los médicos es en la importancia de perder peso para tratar el EHGNA, en cualquiera de sus variantes. La pérdida de peso puede reducir los niveles de grasa, de inflamación y de fibrosis.
De esta forma se recomienda seguir una dieta
- rica en frutas y verduras frescas,
- rica en cereales integrales y legumbres,
- con grasas y aceites saludables,
- baja en sal,
- con un consumo limitado de carbohidratos refinados y grasas saturadas y trans y
- sin alcohol.
Alimentos a incluir con hígado graso
Café. La ingesta diaria de café puede ayudar a proteger al hígado de sufrir EHGNA además de disminuir el riesgo de avance de fibrosis hepática. La cafeína también ayuda a reducir la cantidad de enzimas hepáticas anormales en aquellas personas que tengan riesgo de padecer enfermedades hepáticas.
Espinacas. El nitrato y los polifenoles presentes en las espinacas reducen el riesgo de EHGNA. Esta presencia se reduce notablemente cuando se cocinan las espinacas, por lo que se recomienda su consumo en crudo.
Legumbres. Las lentejas, los garbanzos y los guisantes son alimentos nutritivamente densos y además contienen almidón resistente que ayuda a mejorar la salud intestinal. El consumo de legumbres puede, también, ayudar a reducir los niveles de triglicéridos en sangre en personas con obesidad.
Pescado azul. El pescado azul es rico en omega 3, ácido graso que reduce la grasa del hígado, reduce los niveles de triglicéridos y aumenta el colesterol HDL protector.
Cereales integrales. Estudios muestran que los alimentos ricos en fibra son eficaces reduciendo los niveles de triglicéridos y de esta forma ayudando en el hígado graso.
Frutos secos. Incrementar la ingesta de frutos secos reduce el riesgo de sufrir EHGNA. Su consumo en personas con hígado graso mejora su hígado. Por otro lado, las dietas ricas en frutos secos están asociadas a una reducción de la inflamación, de la resistencia a la insulina, al estrés oxidativo y a una menor prevalencia de EHGNA.
Cúrcuma. La cúrcuma es uno de nuestros alimentos preferidos. Ya os contamos todas sus propiedades y beneficios y hoy queremos recalcar especialmente su poder para reducir los niveles de alanina aminotrasferasa y de aspartato aminotransferasa, unas enzimas con niveles tremendamente altos en personas con enfermedad de hígado graso. El aumento de su consumo puede reducir los marcadores de daño hepático en estas personas.
Grasas insaturadas. Deben sustituirse las grasas saturadas por otras insaturadas, como los aguacates, el aceite de oliva, los pescados grasos… Con este cambio también se ayuda a controlar los niveles de colesterol.
Ajo. Son muchas las propiedades que tiene el ajo, motivo por el cual viene empleándose desde hace años para tratar diferentes afecciones. Y entre sus propiedades encontramos la capacidad de reducir grasas en aquellas personas que sufren hígado graso.
Alimentos a evitar con hígado graso
Al igual que hay una serie de alimentos cuyo consumo que conviene potenciar si se padece de hígado graso, hay una lista de alimentos que deberían evitarse o, en su defecto, reducir al mínimo. Estos alimentos son:
Alcohol. Debe evitarse su consumos tanto si es el causante del hígado graso como si no.
Azúcar. Altos niveles de azúcar en sangre aumentan la cantidad de acumulación de grasa en el hígado.
Fritos. No se recomiendan nunca, pero en caso de padecer hígado graso deben eliminarse de la dieta para evitar así sus grasas y calorías.
Sal. En estas circunstancias debe evitarse comer con excesiva sal.
Carbohidratos. El pan blanco, la pasta, el arroz… son alimentos procesados que elevan los niveles de azúcar en sangre, por lo que se recomienda sustituirlos por su versión integral, cargada de fibra.
Carne roja. Deben evitarse debido a su alto contenido en grasas saturadas.
Cura del hígado graso
Como ya hemos comentado, no existen medicamentos para curar o prevenir el hígado graso. Mantener un estilo de vida saludable, siguiendo las pautas alimenticias anteriormente descritas puede ayudar a prevenir que se produzcan más daños hepáticos.
Si no se cuida el hígado graso, éste puede progresar hasta inflamarse, terminando en fibrosis e incluso cirrosis, siendo esta última irreversible.
¿Qué te ha parecido este artículo? ¿Conocías los alimentos que pueden mejorar el hígado graso?
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