Uno de los tentempiés que más gusta es, sin duda, el guacamole.
Hay tantas versiones de este plato, como personas. Todas ellas deliciosas y super recomendables.
El aguacate, ingrediente principal del guacamole, es sin duda la estrella de toda dieta cetogénica gracias a su aporte en grasas saludables y a su poder saciante.
Bien untado en una rebanada de pan ceto, o acompañado de unos crackers de semillas, o como complemento a una hamburguesa, el guacamole nunca defrauda.
1/2 cebolla
1 tomate
1 lima
Cilantro fresco
1 chile serrano (opcional)
Sal
Preparación
Pelamos y picamos la cebolla de la forma más fina que podamos.
Pelamos el tomate, retiramos las semillas y lo cortamos en cuadraditos.
Abrimos los aguacates, retiramos el hueso y sacamos su carne.
En un cuenco amplio ponemos la carne de aguacate, el tomate, la cebolla, un poco de sal, cilantro al gusto picado y el zumo de la lima, y con la ayuda de un tenedor aplastamos el aguacate y mezclamos todos los ingredientes.
No buscamos una crema homogénea: debemos ver y distinguir los diferentes ingredientes que integran nuestro guacamole.
Si queremos un guacamole picante, añadimos el chile picadito y mezclamos. Tened en cuenta el grado de picor que queréis, porque el chile serrano es muy picante.
Probamos de sal y rectificamos si fuera necesario.
Pasamos el guacamole a un bol, servimos y disfrutamos.
¿Qué te ha parecido esta receta? ¿Te animas a probarla?
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