Imagina el desayuno: una tostada de pan integral untada con tu queso favorito, un poco de rúcula, aguacate laminado y un exquisito huevo poché sobre todo ello. Suena bien, ¿verdad?
No lo dudes y ponte ¡ya! ha prepararlo.
A diferencia de lo que pueda parecer, cocinar un huevo poché no es tan difícil. La clave para que la clara quede bien recogida está en la frescura y calidad del huevo. Así que no dudes en comprar unos buenos y frescos huevos y prueba a prepararlos. Te sorprenderás.
Agua
Vinagre
Sal
Preparación
Ponemos abundante agua con un chorro de vinagre a calentar.
Mientras, echamos el huevo en un vaso, con cuidado de no romper la yema.
Cuando el agua esté a punto de romper a hervir, o justo cuando rompe a hervir, retiramos el cazo del fuego (o lo apagamos) y hacemos un remolino con la ayuda de una cuchara, tenedor, cuchillo, varillas… lo que tengamos a mano. Dejamos entonces caer el huevo en el remolino, tapamos el cazo y lo dejamos cocinando 3 minutos.
Con la ayuda de una espumadera y siempre con mucho cuidado de no romperlo, retiramos el huevo del agua, lo refrescamos para cortar la cocción y salpimentamos al gusto: sal, pimienta, cúrcuma…
Ya tendremos nuestro huevo poché perfecto.
El paso de refrescar el huevo una vez cocinado no es necesario si lo vamos a tomar inmediatamente después.
Este es el método tradicional para cocinar huevos poché. Si os interesa conocer otros métodos, no lo dudéis y pedírnoslo.
¿Qué te ha parecido esta receta? ¿Te animas a probarla?
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