Cómo mejorar la salud del corazón y las emociones: coherencia cardíaca

La coherencia cardíaca es una herramienta muy útil para mejorar la salud a todos los niveles: físico, mental y emocional, e incluso la salud de nuestro entorno inmediato. Con solo unos minutos de práctica al día obtenemos beneficios en todos los aspectos de la salud y el bienestar.

A lo largo de la historia, las distintas culturas y tradiciones han vinculado el corazón con la sabiduría y el desarrollo personal, emocional y espiritual. Muchas expresiones coloquiales y textos literarios atribuyen estas propiedades elevadas al corazón. Ahora sabemos que no es solo una forma de hablar. La investigación actual muestra que hablar del poder del corazón es más que algo metafórico y arroja evidencia científica acerca de cómo el corazón influye en aspectos fundamentales de la vida de las personas.

Qué es la coherencia cardíaca

Las emociones positivas vividas desde el corazón mejoran la atención, el comportamiento, la estabilidad emocional y diversas enfermedades. Ensayos clínicos han demostrado que la coherencia cardíaca contribuye a reducir la hipertensión arterial, las arritmias cardíacas, el síndrome de déficit de atención en los niños, el dolor corporal o las cefaleas; ayuda a mejorar la variabilidad cardiaca, la calidad del sueño, el nivel de energía global, el desarrollo cognitivo de los niños, la diabetes mellitus tipo 2, el estrés crónico e incluso el estado de salud de una escuela, una familia o una organización particular.

La coherencia cardíaca es un estado en el que la frecuencia cardíaca es regular y homogénea y es una de las herramientas de salud global más poderosas que existen. Esta coherencia influye en la respiración, la tensión arterial, el sistema endocrino y hasta el sistema nervioso.

La coherencia cardíaca o coherencia neurocardiovascular es el estado de armonía existente entre el corazón y el cerebro, o el sistema cardiovascular y el sistema nervioso central (para ser más precisos).

Ambos sistemas están conectados en un circuito nervioso y endocrino de entrada y salida. A diferencia de la idea generalizada de que el cerebro dirige la actividad del corazón, así como del resto de órganos de nuestro cuerpo, hoy sabemos que el corazón ocupa un lugar central como director de orquesta en nuestro cuerpo. El corazón emite señales electromagnéticas y produce hormonas que influyen sobre el sistema nervioso central y desde ahí influyen en el funcionamiento general del organismo.

Por ejemplo, el corazón libera dos hormonas con un potente efecto positivo:

• la atriopeptina, o péptido atrial natriurético, implicada en el control del equilibrio del agua y los minerales del organismo y con capacidad para inhibir la producción de hormonas del estrés;
• y la oxitocina, o «la hormona del amor», involucrada en los sentimientos de conexión y generosidad y el establecimiento de relaciones de confianza y fidelidad.

El corazón tiene también una importante actividad eléctrica; de hecho, el corazón es el órgano del cuerpo que produce mayor cantidad de electricidad, con una potencia 5.000 veces superior a la del cerebro. El campo electromagnético del corazón es un gran imán, que nos envuelve en los 360 grados de nuestro cuerpo con un alcance de entre 2 y 3 metros.

Cuando sentimos enfado, frustración o rabia, las señales eléctricas del corazón son caóticas. Con amor, compasión o gratitud, las ondas del corazón son estables y ordenadas. Y esto se transmite tanto al cerebro como al resto del organismo.

Cuando los principales sistemas del organismo están en estado de coherencia, armonizados y sincronizados unos con otros, hablamos de coherencia psicofisiológica: tanto nuestro estado mental como el emocional y el físico funcionan en términos de salud y bienestar.

Según los neurobiólogos, si reducimos el estrés y favorecemos la coherencia entre corazón y cerebro, viviremos con mayor salud y equilibrio y expandiremos serenidad y calma a las personas con las que nos relacionemos.

Cómo practicar la coherencia cardíaca

Con práctica diaria podemos inducir un estado de mayor coherencia cardíaca y manejar con éxito situaciones de estrés o dificultad, cuidando de nuestra salud a todos los niveles y contagiando un estado favorable a las personas de nuestro entorno.

Existen aplicaciones y dispositivos electrónicos sencillos que pueden ayudaros. Si estás interesado en este tema, puedes consultar la web del HeartMath Institute. ¡Te gustará!

Además, te proponemos un ejercicio sencillo que puedes utilizar cada día y no requiere hacer ninguna inversión. ¡Sólo un rato de tu tiempo!

Ejercicio de coherencia cardíaca

1. Reserva 15 minutos para centrarte en la coherencia cardíaca.
2. Elige un lugar tranquilo donde te sientas a salvo, seguro, en calma y asegúrate de que no te vayan a molestar durante tu sesión de coherencia cardíaca. Avisa a las personas con las que vives de que te vas a dedicar un rato para ti y pide que no te molesten.
3. Pon una música suave a volumen bajo o céntrate en el silencio.
4. Siéntate en una postura cómoda, con la espalda erguida pero sin tensión.
5. Cierra los ojos.
6. Comienza con unos minutos de respiración consciente en la que prestes toda tu atención a tomar el aire y expulsarlo. Siente cómo el aire te llena el abdomen y te renueva, y cómo el aire vejo se va y te vacías totalmente.
7. Sigue respirando y lleva ahora tu atención a la zona del pecho. Quédate así unos minutos. Piensa y siente cómo se llenan los pulmones con la entrada de aire y cómo se vacían con su salida, cómo es el latido de tu corazón, las sensaciones de la ropa sobre la piel…
8. Añade ahora otro componente: la emoción. Evoca una situación que fue agradable para ti: una situación divertida, feliz, tranquila, amorosa, de gratitud… Recuérdala y vuelve a sentirte como en aquel momento. Llénate de esa emoción, mientras sigues respirando y sintiendo la zona del pecho. Trata de inundarte de aquella emoción o sentimiento positivo y haz que se expanda con la respiración y el latido cardíaco por todo tu cuerpo. Lleva aquella alegría, felicidad, paz, amor, gratitud, conexión, plenitud, abundancia, belleza, grandeza, confianza, fe… a todo tu ser.
9. Quédate respirando tranquilamente durante unos minutos, en calma, sin prestar ya atención a nada en particular más que al lugar y el momento en el que te encuentras. Y ve volviendo poco a poco ahí.

Puedes practicar este ejercicio todos los días una o dos veces al día, por la mañana y por la noche. Te hará sentir genial y te ayudará tanto a afrontar las posibles dificultades del día a día (cuando haces la práctica matutina) como a descansar mejor y recuperarte de las posibles dificultades del día a día (cuando haces la práctica vespertina) y obtendrás grandes beneficios en tu salud y bienestar. ¡Es una inversión muy rentable!

Además, una vez que te hayas entrenado y seas experto en el manejo de la coherencia cardíaca, podrás recurrir a ella en momentos puntuales de dificultad: «te la podrás llevar» al trabajo para desenvolverte mejor en una reunión importante, a la consulta del médico que tanto te asusta, al cumpleaños infantil que te hace desesperar de tanto ruido, al atasco en la carretera que te pone de tan mal humor, a la cola del supermercado que te parece una pérdida de tiempo, al escenario de ese salón de actos en el que vas a dar una conferencia… y tantas situaciones que pueden afectar a la calidad de tu vida.

Y recuerda que además de hacerlo por y para ti, estarás contribuyendo a crear un mejor entorno social. Será toda una experiencia de conexión, armonía y equilibrio físico, mental y emocional.

¿Qué te ha parecido este artículo? ¿Te animas a ponerlo en práctica?

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