Es importante salirse de la zona de confort, incluso en la cocina.
Hoy proponemos un sabroso y tradicional guiso con un ingrediente no muy habitual en nuestras dietas: la codorniz.
Esta carne es muy suave y sabrosa, rica en nutrientes y con pocas calorías. Sin apenas grasas, las codornices son una fuente importante de proteínas de alto valor nutricional y de hierro, lo que las hace ideales para combatir anemias. Contiene vitamina B3 y B6, con lo que su consumo nos ayuda a reducir el colesterol y a mejorar nuestro sistema circulatorio.
3 zanahorias
3 dientes ajo
1 cebolla
1/2 vaso vino blanco
Caldo de pollo o agua
Pimienta negra
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Preparación
Comenzamos limpiando, troceando y salpimentando las codornices. Ponemos a calentar el aceite y freímos las codornices a fuego fuerte. Buscamos que queden crujientes por fuera. Retiramos y reservamos.
En esa misma cazuela rehogamos la cebolla y las zanahorias peladas y picadas al gusto. Pasados 10 minutos, cuando ya se hayan ablandado, agregamos los ajos picados y lo cocinamos todo junto otros 8 minutos.
Volvemos las codornices a la cazuela, las mojamos con el vino blanco y lo dejamos reducir a fuego fuerte. Cubrimos con el caldo o agua, tapamos y lo dejamos hirviendo a fuego suave durante 20 minutos.
Probamos y rectificamos de sal si fuera necesario. Con la cazuela destapada lo dejamos 10 minutos más, hasta que reduzca la salsa.
Podemos servir inmediatamente o dejarlo reposar unas horas y darle un toque de calor en el momento de servir. Como cualquier guiso, el reposo le sienta muy bien y gana sabor.
¿Qué te ha parecido esta receta? ¿Te animas a probarla?
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